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Vecindario:

La posición geográfica de Salerno es muy afortunada, ya que se encuentra entre la Costa Amalfitana y la Costa Cilentana, 200 km de hermoso litoral que atraen a multitud de turistas.
Desde el puerto turístico y la estación marítima, situados en el muelle de Manfredi, parten los transbordadores hacia la Costa Divina y las islas de Ischia y Capri, de fácil acceso.
La ciudad está encajonada entre las montañas y el mar y por ello se desarrolla en longitud cerca de la costa, una consecuencia de la conformación de la ciudad es la presencia de cuatro paseos marítimos. El más antiguo y famoso de los cuatro es el paseo marítimo de Trieste, que da servicio a la parte occidental y al centro histórico y donde ciudadanos y turistas se reúnen para pasear y disfrutar de la vista del Golfo.
La ciudad también suele denominarse Hippocratica civitas, en referencia a su gloriosa escuela de medicina, que hizo de Salerno un centro de excelencia en medicina en la Edad Media, donde se reunían y estudiaban las tradiciones médicas latina, griega, judía y árabe, y donde las mujeres no sólo estudiaban sino que también enseñaban.
La Edad Media fue la época de mayor esplendor de la ciudad, donde desempeñó un papel destacado en los acontecimientos históricos del sur de Italia y fue un faro cultural para todo el continente europeo.
El casco antiguo, que fue hábilmente restaurado tras los daños causados por el terremoto de 1980, conserva su estructura original, con sus calles estrechas y aberturas que aparecen de repente y que ahora albergan los numerosos locales donde se concentra la vida nocturna y de ocio de los salernienses.
La estructura del casco antiguo está determinada por dos elementos naturales, el mar y el monte Bonadies, cuyas laderas llegan hasta la playa. Merece la pena visitar el Castillo de Arechi, una sombría fortaleza tan inexpugnable que nunca ha sido conquistada y que, a diferencia de otros castillos, no ha sido convertida en un noble palacio. Desde aquí se puede tener una vista completa de toda la ciudad de Salerno, el puerto y el Golfo.
La defensa hacia el este estaba a cargo de la fortaleza de La Carnale, situada en un pequeño promontorio rocoso, que debe su nombre a una gloriosa y repentina salida del pueblo de Salerno contra las vanguardias sarracenas que estaban acampando para el asedio en 872. La matanza de enemigos abandonados a su suerte fue tal que el lugar fue llamado el Carnaio.
Entre los lugares que hay que visitar están la Catedral, construida por el príncipe normando Roberto Guiscard y dedicada al patrón, San Mateo; el Museo Provincial, el Museo Diocesano, el Museo de la Escuela de Medicina de Salerno, la Iglesia de la Annunziata, del siglo XVI, con un bello campanario barroco de Sanfelice; la plaza Flavio Gioia, conocida como la Rotonda por su forma característica, sobre la que se abre la Porta Nuova, del siglo XVIII, que da acceso al casco antiguo; y las suntuosas y atractivas iglesias barrocas repartidas por toda la ciudad.